lunes, 25 de febrero de 2013

Doy inicio a este día escuchando a Julio Jaramillo y leyendo este poema de Enoch Cancino Casahonda:

 
 
https://www.youtube.com/watch?v=X-w5zWBrjM0

 
Puertos

Un día se marchan los que llegaron,
fincaron
y pensaron quedarse.
Otro más regresan los que se fueron,
huyeron,
quemaron sus recuerdos.
Se abren y cierran puertas en el cielo.
Se dice "adiós" o "bienvenido"
con el mismo pañuelo.


Este breve poema de "Noquis" (como era llamado por sus muchos amigos y prácticamente por todo Tuxtla, el poeta Enoch Cancino) pertenece a su libro "Tedios y memorias", publicado en 1994 por la Universidad Autónoma de Chiapas. De Noquis, que fue muy amigo de mi papá, se cuentan muchas anécdotas: en una cantina de Tuxtla, Noquis le dijo a un compañero de tragos que sufría un mal de amor: "Está bien que llores, compita, pero no mojes la botana".

Por último: Noquis es el autor del famosísimo, por lo menos allá, en mi tierra, "Canto a Chiapas", donde se dicen cosas como aquella de que "Chiapas es en el cosmos lo que una flor al viento". ¡Échense ese trompo a l'uña!

 
https://www.youtube.com/watch?v=X-w5zWBrjM0

Mi gusto por el soneto, forma poética (¿o poemática?) un tanto olvidada, me ha llevado, válgame Dios, a escribir algunos. Con el título de "Flores pánicas" publiqué doce sonetos en el libro colectivo "Antes de la danza", de Editorial Praxis. En este libro publican también Refugio Pereida, Rodrigo Falconi Vizcarra y Mario Dux. Los invito a comprar el dicho libro, sobre todo por los poemarios de mis compañeros de edición, ya que mis pánicas flores las daré a conocer por este medio, una a una, a partir de hoy.

I

Las noches del amor en sus rodillas
guarda la niña olor de yerbabuena,
sus breves senos en la noche buena
edulcoradas mentas amarillas.

Con sus delirios y sus ironías,
sin vencedor porque los dos perdemos
en un juego amoroso en que sabemos
el dulce gusto de las sodomías.

Y la noche nos tiene desvelados:
te vienes sin piedad sobre mi boca,
en mis nerviosos labios acallados.

Y la sombra al pasar nos repetía:
"En el amor hay una loba loca
que se asombra y padece en alegría".

José Falconi

domingo, 24 de febrero de 2013



A mis amigos poetas: Si alguien les dice que son malos poetas, no se amuinen ni se achicopalen, sonrían satisfechos y recuerden estos versos:


Alguien me dijo que soy un mal poeta,
nadie me ha dicho mejor elogio
puesto que soy la vocación
en su pureza.

Un poeta malo que sigue escribiendo
es como un misionero
terco en un evangelio
que nadie escucha,
como un perro apaleado
empeñado en comer y en dar mordiscos.


Este breve poema se intitula "Consuelos". Su autor es el poeta chiapaneco Enoch Cancino Casahonda (1928-2010). Un poeta muy leído, declamado y querido en Chiapas.
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sábado, 23 de febrero de 2013

Vaya un soneto con todo y su sonsenete, dedicado a quien ya se verá:

El sueño

             A la poeta
Refugio Pereida

El sueño es un oleaje en desconcierto.
En arenas ajenas sueña el ave,
con olas de fulgor, la muerte grave:
escultóricas dunas del desierto.
 
El sueño como sed del mar abierto
en noches de mi insomnio ya no cabe:
sueña en mi corazón con nota grave,
es una flor de fuego ya despierto.

El sueño es el silencio fulminado
por la callada noche del estruendo.
Por la lenta caricia ser hallado

en un grano de sombra, combatiendo.
Soñé el mar, páramo degollado
bajo las mieles de tus pies. Ardiendo.




Para saludarlos este sábado: ¿Quién escribió el siguiente soneto?:

Redención de la ausencia

 
Cuando tu voz es más que la presencia
y en los adioses detenido el aire,
nos lo vuelven las alondras grave
al doble tacto de tu doble ausencia.

Cuando abierto ya el cielo y su clemencia
caídos del crepúsculo los ángeles
en nubes remas sus oscuras naves
y te siento más cuerpo y más esencia.

Cuando en el hueco de la mano caben
monedas blancas de luna e indolencia
y se adhiere a los árboles la calle,

¡ay, qué venas de aguda trascendencia!
¡Ay, ay, qué blando el corazón nos sale
por los poros de la convalecencia!


Este soneto lo escribió, en "Marzo primaveral y volandero de 1937" nuestro cuentista y novelista José Revueltas. Este señero escritor fue hermano de otros grandes artistas: Silvestre, Rosaura y Fermín. José Revueltas fue también un militante de la izquierda mexicana. Participó en el Movimiento Estudiantil de 1968. En 1987, Revueltas ya había muerto, durante el Movimiento Estudiantil del CEU, se hizo esta pinta en un muro de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM: "José, cómo te extrañamos en estas Revueltas".

Baldomero Fernández Moreno, médico rural que devino poeta, nació en Buenos Aires, en 1886 y murió en esa misma ciudad en 1950. Este poeta tuvo la virtud, en medio de un post-modernismo muy artificioso, de incorporar a nuestra poesía -la de lengua española- el "sencillismo". Escribió poemas claros, de temas simples y de fácil comunicación. Vaya como botón de muestra el siguiente poema, que tanto me... agrada por ser ejemplo de armonía poética: no sólo rítmica sino también semántica...

Setenta balcones y ninguna flor

Setenta balcones hay en esta casa,
setenta balcones y ninguna flor.
¿A sus habitantes, Señor, qué les pasa?
¿Odian el perfume, odian el color?

La piedra desnuda de tristeza agobia,
¡dan una tristeza los negros balcones!
¿No hay en esta casa una niña novia?
¿No hay algún poeta bobo de ilusiones?

¿Ninguno desea ver tras los cristales
una diminuta copia de jardín?
¿En la piedra blanca trepar los rosales,
en los hierros negros abrirse un jazmín?

Si no aman las plantas no amarán el ave,
no sabrán de música, de rimas, de amor.
Nunca se oirá un beso, jamás se oirá un clave...

¡Setenta balcones y ninguna flor
!
Un soneto de Raúl Garduño (1945-1980). Este poeta chiapaneco también murió muy joven, como Daniel Robles Sasso, como Joaquín Vásquez Aguilar. La poesía de Raúl, como la de Daniel y la de Joaquín, merece mayor difusión. Sin más preámbulos, vaya el soneto:

Yo fuí de luto hasta tus manos solas,
llamé a mi muerte pan de tu silencio,
entretejí el dolor de aquel...
las horas
con las palmas heridas de tu vino.

Los días son los pasos de un verano
que se sepulta en balde sin tus ramas.
Yo no sé lo que digo, yo no veo,
yo soy el ataúd y tú el abismo.

Que nos entierren con el lino altivo,
que nos olviden en la lumbre inútil,
que tomen nuestra sombra entre las frutas

llagadas altas hasta la semilla.
Estaremos pensando en algún río
que nos devuelva todo el mar perdido.

Raúl Garduño, soneto V de "Estancias junto a Fidalma".

¡Ah, qué poetas chiapanecos tan obsesionados con la muerte!
Vamos tú y yo cuando papá se duerma,
vámonos a morir con él un rato.
Vámonos a tirar sobre su yerma
calavera sin ojos ni retrato.

Sal de la casa con tu voz enferma.
Sácame el corazón de algún zapato.
Sácame el corazón que se me enferma
como un pan olvidado sobre un plato.

...
Está bajo la tierra su sonrisa,
su corazón sencillo y su cabeza,
su amar a todos. Su querer aprisa.

Anda en su lengua un grillo que tropieza.
Anda un olor de avena en su camisa.
Andas tú madre mía por su tristeza.

Daniel Robles
Sasso
(1933-1971)
Daniel Robles Sasso (1933-1971) es un poeta chiapaneco que murió muy joven y cuya obra no ha sido suficientemente difundida. Carlos Pellicer lo conoció y se sintió cautivado por la personalidad y "la voz" del joven poeta. Pellicer le escribió un poema intitulado "Unas líneas para Daniel Robles, poeta", que comienza con este verso memorable: "Si tu nombre rodeado de leones". Daniel fue un gran sone...tista y del libro "Alguien muere de amor y no le basta", les envío el siguiente soneto de DRS:

Falta lavar el aire para verte.
Falta que el cuervo busque su tejado.
Falta tu voz para contar tu muerte.
Falta tu corazón y tu costado.

Falta un caballo al mundo para traerte
a vivir como siempre a nuestro lado.
Faltan las cuatro velas de tu muerte
para quemar tu llanto ensangrentado.

Falta pensar la boca y la pregunta.
Falta poner la tarde en una roca.
Falta saberse el mar de punta a punta

para medir la noche de tu boca.
Falta callar un llanto que se junta
Falta salir gritando por tu boca.

domingo, 17 de febrero de 2013

http://parentesisplus.com/pellicer-poesia-y-paisaje/

Pellicer: poesía y paisaje
    
El poeta Carlos Pellicer


José Falconi


(Hoy, 16 de febrero, se cumplen 36 años de la muerte de Carlos Pellicer. Como modesto homenaje a uno de nuestros poetas mayores, van estas líneas que forman parte de un trabajo más extenso. Dedico este fragmento a la poeta Refugio Pereida, que tanto admira a Pellicer, y a mi amigo Argel Alatorre que hoy cumple un año más de vida.)
He aquí el meollo mismo de la poesía de Carlos Pellicer: el poeta desea adueñarse de la esencia de las cosas y establecer vínculos indisolubles con el universo.
La interpenetración hombre-naturaleza, la correspondencia hombre mundo es base fundacional de la poética pelliceriana. Pellicer hizo suyo el aforismo de Baudelaire: “El mundo es una compleja e indivisible totalidad”, y también del simbolista francés aprendió el valor intrínseco de la sinestesia: el sonido puede sugerir color; el color, cierta melodía, y color y sonido son vías adecuadas para que tomen cuerpo las ideas poéticas. Es por ello que la naturaleza -el paisaje- en la obra de Carlos Pellicer juega una función que va más allá de lo paisajista en sentido estricto. El paisaje de Pellicer no es una porción aislada de naturaleza, sus poemas no son naturalezas muertas. Él nos ofrece cuadros dinámicos, a través de un acertado estilo exuberante y con voz que busca unirse al Todo.
El poeta no detiene la mirada en éste o aquél rincón para privilegiarlo; su mirada pretende abarcarlo todo, captar la multiplicidad con que se manifiesta la naturaleza. No tiene tiempo de mirar las cosas y casi las adivina. Vive en “doradas imágenes” con “sabiduría ingénita y celosa”, porque gran parte de su poeía es un canto jubiloso a la maravilla del mundo. ¿Cómo no cantar con júbilo cuando se cumple un encargo divino?: traducir a voz humana las voces del universo.
“El trópico entrañable sostiene en carne viva la belleza de Dios”; la música sinfónica, las palabras llenas de verdor y fuerza agreste de poemas como “La voz” y “Esquemas para una oda tropical” nos invitana a compartir el panteísmo pelliceriano: la belleza del trópico es la belleza de la divinidad tal como se manifiesta en la naturaleza. Y es también el punto de unión de la gracia divina y la gracia humana.
Pero Pellicer no se conforma con unirse a Dios como los místicos españoles, sino que aspira, además, al conocimiento del universo (obra divina) a través de los limitados sentidos humanos. ¿No es ésta acaso una manera de darle a lo divino una dimensión humana?Sin embargo, “hormiguea la voz de la aventura espiritual” y pregunta: ¿Por qué el trópico para este encuentro entre lo humano y lo divino, lo terrenal y lo celestial? Que responda el poeta: “Esta es la parte del mundo/ en que el piso se sigue construyendo./ Los que allí nacimos tenemos una idea propia/ de lo que es el alma y de lo que es el cuerpo”.He aquí la realidad mística del trópico: la creación no ha llegado a su fin. En este “mundo vegetal que trabaja cien horas diarias” el poeta, nuevo Adán, ve las cosas por vez primera, y las ve con ojos indígenas que advierten la esencia divina de la vida humana, animal, vegetal e inorgánica inclusive: “El hombre en ti es ahora la piedra que habla/ entre el reino animal y el reino vegetal”.

♠Paréntesis


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viernes, 15 de febrero de 2013

http://parentesisplus.com/sobre-la-poesia/

Sobre la poesía
José Falconi

El quehacer poetico


Para cifrar o descifrar la realidad (como se prefiera), o tal vez sea mejor decir singularizar lo universal con el lenguaje literario y poético, lenguaje de oposiciones que nos permite llegar a la almendra del corazón humano, es necesario primero advertir de qué manera y cómo habitamos el mundo. Hay que observar cuánto mundo ponen, cómo modelan con sensibilidad e inteligencia la condición humana, concreta y vitalísima, nuestros poetas mayores: López Velarde, Pellicer, Alfonso Reyes, Gorostiza, Paz, Sabines, Efraín Huerta, Margarita Michelena, etcétera. No encuentro mejor forma de expresar lo que quiero decir, que citar un espléndido verso del español Jorge Guillén: “Soy; más, estoy, respiro”. Este verso me remite a San Juan de la Cruz emergiendo de la noche oscura del alma en hora crepuscular, la hora (nos diría un lama tibetano) de la “craqueadura” entre los mundos. San Juan expande su conciencia y reconoce que cada instante de percepción es un “holograma” que contiene el universo entero; se une lo disperso y se hace coherente lo que desde la expulsión del Edén ha permanecido difuso, y se está en plenitud en el mundo.
Para el poeta verdadero la palabra no es ni absoluta ni abstracta; tiene dimensiones emotivas y es susceptible de valorizaciones varias, por eso crece en ella la realidad. Carlos Pellicer nos diría que se trata de recuperar la mirada adánica que carece de arrogancia y de agresión, pero no de profundidad, sensibilidad e inteligencia. Y con esta mirada contemplar la realidad. Por contradictorio o paradojal que parezca, se trata de una contemplación activa, que toma en cuenta todas las posibilidades latentes de la realidad y en la que el contemplador agrega sus intenciones propias, pone mundo, ya que como dice Octavio Paz: “El mundo está mal hecho y el mundo está bien hecho, por lo tanto acción y contemplación han sostenido siempre un diálogo amoroso”. En un nivel de percepción (o de conciencia), el mundo se ve como “mal hecho” y se requiere de la acción humana para mejorarlo. A través de las palabras y tan sólo por obra y gracia de ellas, el poeta hace un mundo del caos aparente de la realidad objetiva y subjetiva que en su decir ha singularizado. Parafraseando a Dámaso Alonso, podemos decir que él (el poeta) sabe que sueña, sabe que juega en su ensueño de momentánea infancia o de día de domingo; es decir, en un estado hábil, puro, libérrimo, iluminado, que toma cuerpo en su decir. Recordemos la distinción, muy valiosa por cierto, que Ortega y Gasset hace entre hablar y decir en su libro póstumo El hombre y la gente. El que tiene algo que decir desde su interior, desde su realidad personal como creador con intenciones propias, se encuentra con que el uso o vigencia social ha desgastado la realidad originaria de las palabras, ha agotado sus valores expresivos y plásticos para convertirlas en meras convenciones. Este hombre se topa, pues, con la vigencia pasiva e impuesta del lenguaje (el dialecto) que se habla. Y con esa habla que se opone a las intenciones creadoras el poeta, y el escritor en general, tiene que edificar su decir, porque este lenguaje convencional y disminuido es la materia prima que habrá de procesar para transformarla en la palabra imaginativa y creadora, para cumplir así con la demanda y convocatoria de César Vallejo: “Hacedores de imágenes, devolved las palabras a los hombres”.
Paréntesis

Una respuesta para Sobre la poesía

  1. Parentesisplus2013Responder
    15/02/2013 a las 3:56 AM
    Inteligente y emotiva manera entender el quehacer del poeta. La poesía, tienes razón, es unidad escrita, pero al mismo tiempo es unidad cósmica.

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José Falconi Oliva

Según el mito bíblico la gran aventura de la estirpe humana dio inicio con un acto cultural de signo contestatario y subversivo: por no resistir la tentación incitada por la serpiente de comer el fruto del árbol del conocimiento, Adán y Eva fueron expulsados del Paraíso y lanzados a una nueva forma de vida. Desde muy antaño la acción cultural ha sido considerada una acción crítica que cambia el orden establecido; así sea el cósmico, dado por Dios mismo.
Pero el mito bíblico tiene una interpretación más terrenal: la cultura en todas sus vertientes —artística, educativa, científica, folklórica, económica, política, cívica y demás— es promotora de cambios éticos, estéticos, sociales e inclusive políticos.
Debemos alentar este concepto de cultura que privilegia su función crítica y la considera un vehículo de transformación de la realidad. Cuando hablamos de cultura nos referimos a una multitud de complejos tan intrincados, y de orientación tan múl...tiple, que no pueden sujetarse a los dictados de ninguna testa coronada, de tal forma que la mejor política cultural será aquella que permita una comunicación más fluida entre los muy variados sistemas culturales que una sociedad como la nuestra produce.
Los hechos culturales no están ni cerca ni lejos de los asuntos políticos, sino que forman parte de ellos. Un gesto de profunda democracia es reconocer que en ningún conglomerado habrá nada digno de nombrarse desarrollo social si no se privilegia el asunto de lo que llamamos cultura y todo su campo de acción, que incluye las relaciones interpersonales, pero también el marco institucional en que han de moverse la sociedad y el individuo. La cultura está integrada por la experiencia individual y colectiva, por formas específicas de percepción, razonamiento y acción. Es una serie de líneas de montaje y de tráfico de ideas, interpretaciones y sueños que provoca grandes cambios en la conducta humana y en la organización de las sociedades. A través de las diversas manifestaciones de la cultura, el ser humano se apodera de su propia personalidad, comprende su valor histórico, su función en la vida, sus derechos y sus deberes. ¿O no?