martes, 18 de septiembre de 2012

ES LÁSTIMA TENER QUE MORIR

A partir de las siete de la noche

florecen tus cabellos.

Vengo de espantar las ranas

del tejado

y te hallo hirviendo en tu silencio,

soñando en que de súbito caes

en mi sangre.

Un poco de jardín brota de tus cabellos.

Hay un mínimo cielo en la ventana

y en la cama revuelta abrasamos

la noche

que otros han desdeñado.

Aquellos que comen piedra

y escupen lava todas las mañanas.

A humo me suenan los cascabeles

de tus pies desnudos.
Es lástima tener que morir

cuando ya tanto me arrimo a la demencia.

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