Confesión
Por las noches mi mano izquierda vaga por el cuarto. Me molesta decirlo, pero algunas veces he tenido que recogerla -temeroso de ser visto- de un empolvado rincón. Otras, la encuentro tendida sobre el escritorio, entre libros de historias fantásticas y malogrados poemas.
Este pequeño, modesto texto, forma parte del libro que en 1978 obtuvo el Premio Carlos Pellicer otorgado por el INBA.
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